Si te apasiona la fotografía de viajes, Naicó es un destino que no puede faltar en tu itinerario. Este pueblo fantasma, ubicado en las llanuras de La Pampa, es un paraíso visual donde el tiempo parece haberse detenido. Con ruinas ferroviarias, vastos paisajes abiertos y una luz natural perfecta, cada rincón de Naicó ofrece una nueva historia por capturar.
Cerro de la Virgen – El mirador perfecto para atardeceres dorados, con vistas panorámicas del Castillo de Parque Luro y las lagunas circundantes.
Ruinas históricas – Viejas edificaciones y vestigios de la época dorada del tren, perfectas para retratar la nostalgia de los lugares abandonados.
Cabalgatas y campos abiertos – La inmensidad del paisaje rural y el movimiento de los jinetes crean imágenes que reflejan la esencia de La Pampa.
Avistaje de aves – Las lagunas cercanas son el hogar de patos y aves migratorias, una oportunidad única para la fotografía de naturaleza.
Puente Negro – Una estructura ferroviaria centenaria que resalta en el paisaje, ideal para tomas de arquitectura e historia.
Después de una jornada de exploración con la cámara en mano, nada mejor que disfrutar de la gastronomía local en el complejo de turismo rural de Naicó. Platos como cabrito a las finas hierbas, cordero al disco y ciervo al champiñón complementan la experiencia con sabores tan auténticos como sus paisajes.
Naicó no solo es un pueblo lleno de historia, sino un lienzo en blanco para quienes buscan capturar la belleza de lo olvidado.
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