En el corazón de la provincia de San Juan, el Valle de la Luna, dentro del Parque Provincial Ischigualasto, espera a los viajeros con un paisaje que parece sacado de otro planeta. Un escenario perfecto para capturar el pasado.
Caminar por el Valle de la Luna es como viajar en el tiempo. Este lugar no solo impresiona por sus formaciones rocosas únicas, sino también porque guarda fósiles de más de 200 millones de años, pertenecientes al Período Triásico. Aquí se encuentran algunas de las evidencias más antiguas sobre la evolución de los dinosaurios, lo que le valió la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Lugares imperdibles para fotografiar
Si querés llevarte las mejores postales del Valle de la Luna, estos son algunos de los puntos más fotogénicos del recorrido:
El Hongo: una roca con una base delgada y una parte superior ancha que desafía la gravedad.
La Cancha de Bochas: un campo natural con esferas de piedra perfectas, formadas por un fenómeno geológico único.
El Submarino: una estructura rocosa que, con el ángulo y la luz adecuada, parece emerger del suelo como una gran embarcación.
El Valle Pintado: un paisaje de múltiples colores, donde la erosión ha dejado al descubierto capas de diferentes minerales.
Consejos para disfrutar la experiencia al máximo
Visitá en la temporada ideal: el parque está abierto todo el año, pero en verano las temperaturas pueden superar los 40°C. Otoño y primavera son las mejores épocas para recorrerlo con un clima más agradable.
Sumergite en la magia del Valle de la Luna
El Valle de la Luna es un destino que desafía la imaginación y transporta a los viajeros a un escenario que parece de otro mundo.
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